27 junio, 2017

LA TRAVESÍA DEL VERANO

E l verano, ese gran olvidado, todos lo anhelamos pero, cuando llega...

Las vacaciones, sinónimo de vagas-acciones, pueden destruir en pocos días los esfuerzos y logros conseguidos a lo largo del periodo escolar. Cierto es que las rutinas cambian, los horarios cambian, las costumbres cambian, y hasta nosotros cambiamos durante el periodo estival. Pero ello no debe hacernos olvidar que la educación, es una tarea de los 365 días del año y que el cerebro de un niño (y de un adulto), está aprendiendo cada uno de esos días, por ello, lo que debemos modificar y planificar, es  la forma y los momentos, pero no lo esencial, la educación.

Durante el curso académico, la Escuela, inevitablemente nos organiza la vida. El horario de entrada, el desayuno, la llegada del cole, las actividades extraescolares, y hasta la hora de irnos a la cama para estar disponibles para el día siguiente.


Llegadas las vacaciones, las más largas, las de verano, obliga a los padres a pensar y planificar el cómo organizar, por ellos mismos, los casi tres meses que los niños estarán bajo su completa y absoluta custodia. Durante este periodo de tiempo ya no vale el “te tienes que ir a la cama que mañana hay cole” o el “como no hagas…. mañana se lo digo a tu seño”, ahora viene un periodo en el que los padres tienen las riendas de la educación de sus hijos (en todos los aspectos y sentidos) .

Una actitud simple, a la que no pocas veces se recurre, es aplicar la absoluta permisividad, tal vez porque la mayoría revive su infancia veraniega, en la que la calle era el lugar de encuentro y desarrollo de juegos, de tal forma que los padres pasaban a un segundo plano, se convertían más en "pastores" que en padres, se limitaban a alimentar, asear y recoger “ el ganado”, cuando ya la luz del día se había marchado, quedando este en tan deplorable estado que, hasta la hora de comer del día siguiente, “no se oía una mosca”.

Pero los tiempos han cambiado, el trabajo de los padres se ha complicado, a veces las vacaciones no se pueden hacer coincidir, los niños ya no pueden salir a la calle con la libertad y seguridad de entonces y, por tanto, requieren de un plan, de una estrategia a largo plazo (tres meses), que le permita jugar a lo que no ha podido durante el curso (es lo principal), que le permita seguir aprendiendo y, si es posible, en buena armonía familiar, previniendo malos ratos que hagan que la convivencia, ahora que es más cercana e intensa en el medio familiar se deteriore. Ah¡, y además, teniendo en cuenta la prevención del temido sedentarismo que le llevará a coger peso por pasar la mayor parte del día delante de la TV, videoconsola, tablet o móvil. Ardua y compleja tarea, sobre todo si no tenemos manual de instrucciones.


Pues de eso se trata, de ofrecerles algunas pautas, reglas no escritas, carentes de "evidencia científica" pero llenas de sentido común, que sirvan de orientación para que los niños pasen la travesía vacacional felices, aprendiendo, divirtiéndose y, los padres, puedan sentirse tranquilos de que su actuación, su esfuerzo sirve de algo. No son pocos los profesionales que  sugieren conductas más desadaptativas y peor adaptación académica, tras largos periodos vacacionales sin una planificación, organización y estructura durante esos periodos, por tanto, manos a la obra.

1. CAMBIEMOS, PERO SIN PERDER EL RITMO
Las circunstancias del verano son, sin duda, diferentes a las del resto del curso. Sin embargo, pensemos que el organismo de un ser humano continúa teniendo las mismas necesidades básicas que pueden verse alteradas por falta de RUTINA. El ritmo levantarse - asearse - desayunar - escuela - comer - actividades extraescolares/estudio -merienda -juego - cena - dormir, debe conservarse. Modificaremos aquellos aspectos que ahora no tienen sentido, PERO CONSERVAREMOS LA ESTRUCTURA BÁSICA del día. Así, el tiempo que se dedicaba a la Escuela, se destinará a levantarse algo más tarde (pero si es posible a una hora más o menos fija cada día), a ir a la piscina, a acompañar a los padres a alguna compra y aprender como se maneja el dinero, hacer excursiones para identificar algunos nombres de árboles y plantas, ver animales que no son habituales para ellos, etc. El otro periodo sujeto a cambio, el de los deberes de la tarde, se puede emplear en leer, juego electrónico (con control), actividad deportiva, documental, etc. Todo ello puede planificarse con ellos semanalmente.
 2. LOS DEBERES PARA LA ESCUELA
Salvo para los que lo necesiten necesariamente. Si tienen vacaciones, que perciban que lo son. Que no hagan deberes no quiere decir que no aprendan, así ver documentales de su interés, películas de aventuras o de mundos mágicos (que eviten la violencia, a ser posible), que practiquen mecanografía en el PC (es su futuro), que escuchen series o dibujos animados en otros idiomas (también es su futuro). Estas actividades y otras muchas, son actividades de aprendizaje (las llamadas educativas de toda la vida) pero ellos no las perciben de esa manera. En general, todo lo que se maquille de juego o actividad lúdica, lo percibirán de manera más positiva.
Aquellos que tengan que realizar deberes o actividades de refuerzo educativas deben, en la medida de lo posible, continuar con las pautas de la época escolar, es decir, actividades educativas por la mañana y juego por la tarde. 

3. PRESTARLES ATENCIÓN (POSITIVA)
A los que se aburren en verano, pues que decir, deben experimentar esa sensación para que su cerebro se active y busque el entretenimiento, los padres pueden sugerir, proponer, participar con ellos, pero no imponer un juego o las reglas del mismo, entonces habremos perdido una gran oportunidad de que aprendan a ser autónomos. Cuando ellos lo pidan, es importante que hagamos un esfuerzo por participar en los juegos, pero repito y muy importante, sin imponer, ELLOS ESTABLECEN LAS REGLAS DEL JUEGO. Esto garantizará que los hijos busquen a los padres en más ocasiones.
Para aquellos benditos que “no dan guerra”, que se entretienen por su cuenta, con cualquier cosa, INTERESARNOS POR LO QUE HACEN, ofrecernos a ser participes en su mundo de magos, aprendernos los personajes de su imaginación, pero siempre a su disposición, ¡ojo! “Ellos mandan”. 

4. LEER UN LIBRO A LA SEMANA
Innegociable, si es necesario mediante contrato escrito, con prebendas o remuneración. No van a tener en la vida más tiempo libre y oportunidades que en esta etapa para jugar y leer. El tamaño del libro es negociable, el contenido y temática también, pero dedicar una hora al día a leer NO. 

5. OTRAS COSILLAS
Las vacaciones no deben entenderse como completa relajación de costumbres, ya que ello nos puede jugar malas pasadas, algunas relacionadas estrechamente con la salud. Al terminar el curso, les doy a los chicos de 5º de primaria unos consejos para el verano con el fin de que se vayan autoresponsabilizando con el cuidado de su salud. Estos consejos, adaptándose a la edad de nuestros hijos nos pueden servir para organizar y planificar un verano sin demasiadas sorpresas indeseables.
  • REALIZAR UNA HORA DE EJERCICIO FÍSICO AL DÍA (AL MENOS). Muchos lo hacen, de sobra, pero a otros muchos no se les da la   oportunidad. Salgamos con ellos TODOS LOS DÍAS a caminar una hora, a montar en bicicleta, patinar, nadar (no bañarse), correr, o montemos en casa una pista de baile y practiquemos con ellos (a la mayoría les encanta).
  • LIMITAR EL TIEMPO DE JUEGOS ELECTRÓNICOS, videoconsola, móvil, tableta, PC,… a un máximo de  DOS HORAS DIARIAS (UNA EN ÉPOCA ESCOLAR), repartidas a lo largo del día, y si se decide hacerlo, ser estricto con ello. En caso contrario, quitaremos posibilidades de buscar otros entretenimientos, de hacer actividad física, etc.
  • LIMITAR EL CONSUMO DE AZÚCAR, y no me refiero al que se le echa a la leche, sino al azúcar invisible que contiene de manera ingente muchos de los alimentos que consumimos y que, en verano, tendemos a hacerlo más frecuentemente. Entre ellos se encuentran:
          -REFRESCOS, de diferentes sabores (naranja, limón, cola,…)
          -BATIDOS Y ZUMOS INDUSTRIALES en brick
          -BIZCOCHOS, MAGDALENAS,…           
          -FLANES y POSTRES INDUSTRIALES 
          -y por supuesto las CHUCHES
  • Cuando digo LIMITAR, no quiero decir ELIMINAR, si no dejarlos para consumir UN DÍA A LA SEMANA, cuando salen con sus amigos, en una celebración, en un cumpleaños… Es mucho más sano BEBER AGUA en las comidas, hacer los bizcochos, zumos y batidos, postres lácteos, como flan y natillas en casa, hacerlos con ellos, etc.
  • PLANIFICAR Y ESTIMULAR EL CONSUMO DE FRUTAS, sobre todo la gran variedad que en verano disponemos, colores, sabores, solos, mezclados. Al menos, deberíamos de conseguir que se tomen TRES PIEZAS AL DÍA. (truco: si les cuesta tomar fruta de postre, pongámoslo de primer plato, cuando hay hambre, no habrá excusa)
Ahora toca PLANIFICAR, sentarse un día de la semana y de la misma forma que se planifica el menú y la compra, realizar una planificación del tiempo con los niños. 

Os dejo algunos registros que os pueden ser de utilidad

M. Andújar. 

Médico del Equipo de Orientación Educativa

Linares (Jaén)


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