10 septiembre, 2015

INFECCIONES: ¿AL COLE O EN CASA?


La infancia es la principal época de la vida en que se adquiere la inmunidad. Por ello, es recomendable e importante seguir las recomendaciones epidemiológicas y proteger a los niños de enfermedades, mediante el cumplimiento del calendario vacunal propuesto por las autoridades sanitarias. Pero hay enfermedades infecciosas para las que no existen vacunas, o su desarrollo aún no confiere las garantías como para recomendarlas masívamente. El caso es que los niños cada vez se escolarizan más precozmente y, por tanto, se encuentran expuestos al contacto y propagación de enfermedades infecciosas.

Nuevas circunstancias exigen la búsqueda e implantación de nuevas soluciones a la hora de prevenir la transmisión de infecciones que confiere el contacto con otras personas que también las padecen. Desde una perspectiva de salud, con objeto de evitar tener que recurrir a tratamientos farmacológicos innecesarios y prevenir complicaciones que en pequeños porcentajes - afortunadamente - están presentes. Desde la perspectiva educativa evitar, en la medida de lo posible, el absentismo que se produce ciclicamente en las aulas. Finalmente, desde una optica sociofamiliar (o más precisamente socio-familiar-económica), evitar, en la medida de los posible, el absentismo laboral de progenitores, que se ven en la necesidad de atender a sus hijos cuando se encuentran enfermos y no pueden asistir al cole.


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 ¿Y qué puede hacer la Escuela?(1)


  • Controlar la inmunidad de los escolares, sus cuidadores y profesores. Es competencia de los Programas de Salud Escolar el control del calendario vacunal y de los servicios de Salud Laboral el conocimiento del estado de inmunidad del personal educativo. En nuestro medio, gran parte de los docentes disfrutan de una sanidad mutual que poca o ninguna coordinación tiene con los sistemas públicos de salud en estos temas, por otro lado, los servicios provinciales de medicina del Trabajo se encuentran desbordados de tareas. Sería pués interesante, que fuera competencia de la medicina escolar aunar la supervisión de todos los colectivos que coinciden en los centros escolares como ya estuvo regulado en en otras épocas.

  • Promocionar actívamente la higiene en los centros escolares. Los buenos resultados conseguidos en nuestro medio tras la alarma por Gripe A se han relajado. Es recomendable fomentar el lavado de manos en escolares siempre que vayan al aseo, antes de comer, al regreso del recreo,..., mejorar la limpieza de materiales y útiles de uso cotidiano (lápices, teclados de ordenador,...), ventilación adecuada de las aulas, etc.  Para ello, obviamente, los centros educativos deben mejorar algunas condiciones básicas de higiene, disponer de agua corriente, jabón de manos y toallas de papel en los aseos, antisépticos de manos, etc.,  que no siempre se encuentran disponibles. Así mismo, los servicios de limpieza deben encargarse de ventilar adecuadamente las aulas y usar desinfectantes en lugares donde con frecuencia se acumulan microorganismos, cajas con lapiceros (los niños suelen chuparlos inconscientemente), superficies de los pupitres sobre la que se depositan frecuentemente gérmenes, etc.


  • Finalmente, la exclusión temporal de niños enfermos o portadores en determinadas circunstancias, cuestión controvertida pero muy importante y necesaria para el control de algunas infecciones, en unos casos mientras se inicia el tratamiento farmacológico, en otros mientras desaparecen los síntomas que indican actividad del proceso. Últimamente, la queja fundamentada de pediatras por el excesivo trabajo administrativo, en detrimento de las tareas meramente clínicas y preventivas, ha dejado a los padres como únicos garantes de la vuelta de su hijo al cole tras el padecimiento de una enfermedad infecciosa, lo que crea, en muchas ocasiones, incertidumbre en la comunidad escolar.  

No es tarea fácil, pero tampoco imposible si padres, profesores y sanitarios trabajan al unísono y en la misma dirección.

A continuación, un interesante artículo, base para esta publicación. En el se recogen la mayoría de las enfermedades infecciosas infantiles, los periodos de incubación y, lo más importante, las recomendaciones sobre si es necesaria la exclusión escolar o no y durante cuanto tiempo en determinados casos. Para acceder, hacer clic en la imagen inferior.




M. Andújar. 

Médico del Equipo de Orientación Educativa

Linares (Jaén)



(1) Seijas Martínez-Echevarría L. Causas infecciosas de exclusión escolar (v.1/2008). Guía_ABE. Infecciones en Pediatría. Guía rápida para la selección del tratamiento antimicrobiano empírico [en línea] [actualizado el 21/04/2008; consultado el dd/mm/aaaa]. Disponible en http://infodoctor.org/gipi/


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